A JESÚS CRUCIFICADO

“La devoción a Jesús crucificado es el medio más seguro para inflamarnos de amor hacia nuestro divino Redentor. Pocos son los que aman a Jesús, porque son pocos los que consideran las penas que por nosotros padeció; pero quien con frecuencia reflexiona sobre ellas no puede vivir sin amarle. Por esto el Apóstol decía que no quería saber otra cosa sino a Jesús y a Jesús crucificado, esto es: el amor que en la cruz nos demostró.” (San Alfonso.)
Ejercicio devoto para cada viernes. Los que al sonido de la campana de las tres de la tarde del viernes, rezaren de rodillas, si así pueden, cinco Padrenuestros y Avemarias, añadiendo, según la intención del Sumo Pontífice, la jaculatoria: Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste, porque con tu santa Cruz redimiste al mundo, u otra semejante, ganan una indulgencia de diez años; plenaria una vez ni mes, con las condiciones acostumbrados, haciendo este piadoso ejercicio todos los viernes.
Los que todos los viernes de cada semana rezaren siete Padrenuestros, Avemarias y Gloriapatris devotamente delante de una imagen de Jesús Crucificado, ganan una indulgencia de siete años; plenaria al mes, con las condiciones acostumbradas.
Los que, en memoria de los cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, rezaren devotamente cinco Padrenuestros, Avemarias y Gloriapatris, con la invocación: Haced, oh Santa Madre, que las llagas del Señor se impriman en mi corazón, ganan una indulgencia de tres años; plenaria al mes, con las condiciones acostumbradas, haciendo este ejercicio todos los días.
Hay otras valiosas indulgencias para los que tomen parte en las funciones sagradas de la Semana Santa.

LETANIAS DE LA PASIÓN
Jesús, pobre y abyecto, TENED PIEDAD DE NOSOTROS
Jesús, desconocido y despreciado, Jesús, odiado, calumniado y perseguido.
Jesús, abandonado por los hombres y tentado por el demonio,
Jesús, entregado y vendido a vil precio,
Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente,
Jesús, vestido con vestidura de oprobio y de ignominia,
Jesús, abofeteado y escarnecido,
Jesús, atado y arrastrado con cordeles,
Jesús, sangrientamente flagelado, Jesús, pospuesto a Barrabás,
Jesús, depojado con infamia,
Jesús, coronado de espinas y burlescamente saludado,
Jesús, cargado con la cruz, con nuestros pecados y con las maldiciones de la plebe,
Jesús, triste hasta la muerte.
Jesús, saturado de oprobios, de dolores y de humillaciones,
Jesús, vilipendiado, vilmente escupido, herido, ultrajado y mofado.
Jesús, clavado en un infame madero entre dos ladrones,
Jesús, deshonrado y anonadado delante de los hombres,
ORACIÓN
Oh buen Jesús, que por nuestro amor sufristeis una infinidad de oprobios e incomprensibles humillaciones, imprimid profundamente en nuestros corazones la estimación y el amor de todos ellos, y dadnos un ardiente deseo de imitaros en vuestra santa vida. Amén.

RELOJ DE LA PASION DEL SEÑOR
tal como lo arregló y acostumbraba rezar el P. Leonardo Lessio, S. J.

A MAITINES
Bendita sea la hora sagrada en la cual, Señor mío Jesucristo,
Estuviste postrado en oración, Resignado en la voluntad del Eterno Padre,
Oprimido con el inmenso peso de nuestros pecados,
Afligido con indecible tristeza de muerte;
Sufriste en espíritu todos los tormentos que luego habías de padecer,
Sudaste sangre en la agonía,
Fuiste confortado por un ángel,
Saliste al encuentro de tus enemigos: Vendido por el beso traidor de Judas. Fuiste atado por crueles sayones, Abandonado de tus discípulos, presentado a Anás y Caifás,
Herido por un siervo con una bofetada
Acusado por falsos testigos,
Juzgado reo de muerte,
Escupido en tu rostro;
Y, vendados tus ojos,
Sufriste golpes y bofetadas,
Entregaste tu cuerpo a los que te herían y tus mejillas a los que te mesaban la barba,
Fuiste objeto de todas las mayores afrentas y blasfemias,
Y negado tres veces por San Pedro:

Señor mío Jesucristo,
Yo te ofrezco todas estas aflicciones, Te doy gracias por haberlas sufrido, te alabo y te bendigo,
Y por todas ellas te pido
Tengas misericordia de mí.

A PRIMA
Bendita sea la hora sagrada en la cual, Señor mío Jesucristo,
Fuiste de mañana condenado por el Sanedrín,
Entregado preso a Pilatos,
Acusado por los judíos,
Sin que ante tales acusaciones abrieses tus santos labios;
Relegado a Herodes,
Que te preguntó con curiosidad muchas cosas,
Y viendo tu silencio te despreció e hizo burla,
Te vistió de blanco como a un loco,
Y te remitió a Pílatos:
Señor mío Jesucristo…

A TERCIA
Bendita sea la hora sagrada en la cual.
Señor mío Jesucristo,
Fuiste condenado a sufrir azotes, 
Despojado de tus vestidos,
Atado desnudo a una columna,
Azotado con la mayor crueldad, 
Lacerado por nuestras maldades. 
Atormentado con acerbísimos dolores, 
Bañado en sangre por todo tu cuerpo, 
Tratado como a un vil esclavo; 
Permitiéronte poner tus vestiduras, 
Para despojarte de ellas otra vez,
Te vistieron manto de púrpura,
Te coronaron de espinas,
Te dieron una caña por cetro,
Te saludaron con amargo escarnio Rey de los judíos,
Te escupieron en el rostro,
Abofetearon tus mejillas.
Golpearon tu cabeza con una caña,
Te hartaron de dolores y oprobios,
Y en esta forma te sacaron fuera,
Te pusieron a la vista del pueblo,
Y así fuiste tenido por un leproso castigado por Dios.
Y con grandes voces pedido para colgarte en la cruz.
Pospuesto a Barrabás,
Condenado a la muerte más cruel e ignominiosa,
Entregado a la voluntad de los judíos, 
Cargado con la pesada cruz.
Y llevado como oveja al matadero
Señor mío Jesucristo…

A SEXTA
Bendita sea la hora sagrada en la cual, Señor mío Jesucristo,
Fuiste por tercera vez despojado de tus vestidos.
Extendido desnudo sobre la cruz. 
Clavado en ella de pies y manos. 
Llagado por nuestras iniquidades, 
Estirado cruelmente por todo tu cuerpo. 
Atormentado con acerbísimos dolores, 
Levantado en alto con la cruz,
Hecho espectáculo de admiración a los ángeles y a los hombres,
Y fuente de sangre, de que manaron con abundancia cuatro ríos,
Extendiendo tus brazos para recibir en ellos a los pecadores:
Señor mío Jesucristo…

A NONA
Bendita sea la hora sagrada en la cual. Señor mío Jesucristo,
Fuiste crucificado entre dos ladrones, contado entre los malhechores.
Hecho objeto de oprobio ante los hombres,
Blasfemado por los que pasaban junto a tí,
Escarnecido por los judíos,
Burlado en la cruz por la soldadesca, Insultado con injurias por el mal ladrón, Saturado de oprobios;
Y en medio de tantos dolores y contumelias,
Rogaste al Padre por tus enemigos, 
Prometiste el paraíso al ladrón arrepentido.
Diste a tu Madre como hijo en tu lugar al discípulo Juan,
Atestiguaste haber sido abandonado por tu Padre,
Recibiste pare aliviar tu sed, hiel y vinagre,
Declaraste consumado ya cuanto de tí estaba escrito,
Y encomendaste tu espíritu en las manos de tu Padre,
De quien siempre por la reverencia que mereces fuiste oido;
Obediente hasta la muerte de cruz,
Fuiste atravesado con una lanza;
De tu costado herido brotó sangre y agua;
Por tus golpes y cardenales recibimos salud.
Y te hiciste propiciación por nuestros pecados:
Señor mío Jesucristo…

A VÍSPERAS
Bendita sea la hora sagrada en la cual, Señor mío Jesucristo, 
Fuiste bajado de la cruz,
Recibido en los brazos de tu Madre, 
Llorado con muchas lágrimas.
Por tu afligida Madre María y por todos tus amigos:
Señor mío Jesucristo…

A COMPLETAS
Bendita sea la hora sagrada en la cual, Señor mío Jesucristo,
Fuiste envuelto en una sábana.
Llevado al sepulcro,
Y sepultado;
María lloraba con tus amigos, 
Esperando tu santa Resurrección: 
Señor mío Jesucristo.