DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

El misterio de la Santísima Trinidad es el fundamento y la fuente de todos los demás misterios. Contemplamos en él con gozo el principio de todos los beneficios divinos y exclamamos con San Juan: “Dios es amor”. En efecto, vemos en la primera de las personas, a un padre que nos ama hasta llamarnos y considerarnos sus hijos; en la segunda, a un mediador que ofrece su sangre en remisión de nuestros pecados, a un pontífice que ruega por nosotros, a un abogado que defiende nuestra causa; en la tercera, a un amigo que se ocupa incesantemente en nuestra santificación, a un sostén de nuestra debilidad, a un consolador de nuestras aflicciones, al inspirador de todos los buenos pensamientos, al autor de las gracias que forman los santos.
La Iglesia tiene tal empeño en que jamás perdamos de vista este misterio, que lo recuerda en su Sacrificio, en todos sus cantos y ceremonias, no cesando de repetir: Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo; e imita a los Serafines que mutuamente cantan y se responden: ¡Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios de los ejércitos!
Unámonos a estas voces de la tierra y del cielo: pensemos con frecuencia en la Santísima Trinidad y esté nuestro corazón penetrado de fe, de adoración y de amor hacia el mayor y más sublime de loa misterios cuya contemplación constituirá nuestra felicidad por toda la eternidad.

PRÁCTICAS DE PIEDAD
Hónrase especialmente este augusto misterio los domingos. Las prácticas de piedad recomendadas son:
La señal de la cruz hecha antes y después de nuestras principales acciones, en los peligros y en las tentaciones.
(Cien días de indulgencia, si se pronuncian las palabras; trescientos días, si se pronuncian tomando a la vez agua bendita).

El Gloria Patri, hermosa jaculatoria que debemos repetir mucha; veces, porque nos sirve para alabar a Dios, para ofrecerle nuestras acciones y rectificar nuestros intenciones.
(Quinientos días de indulgencia, tres veces al día — mañana, mediodía y noche—, si dicha alabanza se reza tres veces para dar gracia; a la augusta Trinidad por los dones y privilegios concedidos a María Santísima. Plenaria al mes, con las condiciones acostumbradas, si se reza todos los días en los tiempos indicados).

Novena en honor de la Santísima Trinidad en público o en particular, con algunas oraciones antes de su fiesta o en cualquier otro tiempo.
(Siete años., cada día. Plenaria por el ejercicio completo, con las condiciones acostumbradas).

Noche del nuevo año, del 31 de diciembre al 1° de enero, si se asiste a algún piadoso ejercicio entre las 23:30 y las 0:30, para dar gracias a la Santísima Trinidad por los beneficios recibidos durante el año y según las intenciones del Sumo Pontífice:
Diez años de indulgencia. Plenaria, si se añade la Confesión y la Comunión. Para este piadoso ejercicio hecho privadamente, indulgencia de siete años; y plenaria, sólo en el caso de que no se pueda asistir, por legítima causa, al ejercicio público.
Primer día del año. Renovación de los votos bautismales.

TRISAGIO ANGÉLICO
V. Dómino, labia mea apéries.
R. Et os meum annuntiábit laudem tuam.
V. Deus in adjutórium meum inténde.
R. Dómine, ad adjuvándum me festina.
Gloria Patri, et Filio, etc.

ACTO DE CONTRICIÓN
Amorosísimo Dios. Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias; por ser Vos mi Padre, mi Señor, y mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas, me pesa, Trinidad santísima: me pesa, Trinidad misericordiosísima; me pesa. Trinidad amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois: propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos, y morir antes de pecar; espero en vuestra suma bondad y misericordia infinitas me habéis de perdonar todos mis pecados, y daréis vuestros divinos auxilios para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción a vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, tened misericordia de nosotros.
(Indulgencia de quinientos días. Plenaria al mes por su rezo diario).

EN UNIÓN DE LOS ÁNGELES
Un Padrenuestro y un Glóriapatri, y se dirá en seguida:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria.
(Indulgencia de trescientos días).

Esto se repite nueve veces y luego se dice:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, y ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, tened misericordia de nosotros.

EN UNIÓN DE LOS SANTOS 
Padrenuestro, y lo demás como la primera vez.
.. En unión de las almas fervorosas .. 
Padrenuestro y lo demás como la primera vez.
A Tí, Dios Padre ingénito; a tí, Hijo unigénito; a Ti, Espíritu Santo paráclito, santa e individua Trinidad, de todo corazón te confesamos, alabamos y bendecimos; a Ti se dé la gloria por los infinitos siglos de los siglos.
(Por esta invocación; indulgencia de quinientos días; plenaria al mes por su rezo diario, con las condiciones acostumbradas).

V. Bendigamos al Padre, y al Hijo y ni Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

Oración
Omnipotente y sempiterno Dios, que te has dignado revelar a tus siervos, en la confesión de la verdadera fe, la gloria de tu eterna Trinidad y que adorasen la unidad en tu augusta Majestad; te rogamos, Señor, que por la firmeza de esta fe, nos veamos siempre libres de todas las adversidades, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
(Indulgencia de cinco años; plenaria al mes por su rezo diario, con las condiciones acostumbradas).

Sálvanos, santifícanos, vivifícanos, ¡oh Beatísima Trinidad! Amén.

ORACIÓN DE SAN AGUSTIN
(Meditaciones de San Agustín, cap. XII).
¡Oh Santa Trinidad!, una virtud e indivisa Majestad, Dios nuestro, Dios todopoderoso: yo, el más vil de vuestros siervos y el más pequeño miembro de vuestra Iglesia, os alabo y bendigo con sacrificio de eterna alabanza por el saber y poder que os habéis dignado dar a este gusanillo. Y porque no tengo otros dones que ofreceros, os ofrezco con grande voluntad y alegría mis deseos interiores y el sacrificio de fe no fingida y de conciencia pura que, por vuestra misericordia, de Vos he recibido. Yo pues, ¡oh Rey del rielo y de la tierra!, de todo mi corazón creo y confieso que sois mi Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, trino en las personas y uno en la substancia. Dios verdadero, todopoderoso, una, simple, incorporal, invisible e ilimitada naturaleza, que ni tiene sobre Sí ni debajo de Sí cosa mayor ni igual, pero en todas las maneras es perfecta, sin deformidad; grande, sin cantidad; buena, sin calidad; eterna, sin tiempo; vida, sin muerte; fuerte, sin flaqueza; verdad, sin mentira; presente, sin ocupar lugar, y presente en lodo lugar; que llena todas las cosas sin extensión, y en todos los lugares se halla sin contradicción, y mueve toda las cosas sin moverse, y está dentro de ellas y no encerrado, y las crió todas sin tener de ellas ninguna necesidad, y las rige sin trabajo, y sin tener principio les da a todas principio, y sin mudarse las muda.
Vos, Señor, sois: en la grandeza, infinito; en la virtud, todopoderoso; en la bondad, sumo; en la sabiduría, inestimable: en los consejos, terrible; en los juicios. justo; en los pensamientos, secretísimo; en las palabras, verdadero; en las obras, santo; en la misericordia, copiosísimo; para con los pecadores, pacientísimo; para con los penitentes, piísimo; siempre el mismo, eterno, sempiterno, bien inmortal e inconmutable, que ni lo ancho os dilata, ni lo angosto os estrecha, ni lugar alguno os aprieta, ni la voluntad os muda, ni la necesidad os aflige, ni las cosas tristes os entristecen, ni las alegres os alegran, ni el olvido os quita, ni la memoria os añade, ni las cosas pasadas pasan delante de Vos, ni las venideras suceden. A quien el origen no da principio; ni el tiempo, progreso; ni el acaecimiento, fin; sino que, ante todos los siglos, y en los siglos; y en todos los siglos, y por todos los siglos, vivís para siempre y tenéis alabanza perpetua, gloria eterna, poder infinito, honra singular, reino sempiterno e imperio sin fin, por infinitos y sempiternos siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Omnipotencia del Padre, venid en ayuda de mi fragilidad y sacadme del abismo de mi miseria.
Sabiduría del Hijo, dirigid todos mis pensamientos, palabras y acciones.
Amor del Espíritu Santo, sed el principio de todas las operaciones de mi alma, para que todas ellas estén siempre conformes con; el divinó beneplácito.
(Quinientos días de indulgencia).

Dios mío, mi único bien, vos sois todo para mí, haced que yo sea todo para vos.
(Trescientos días de indulgencia. Plenaria al mes, con las condiciones acostumbradas, rezándola todos loe días ).

TRES ACCIONES DE GRACIAS
1°. Ofrezcamos a la Santísima Trinidad los méritos de Jesucristo en agradecimiento por la preciosísima sangre que derramó en el huerto por nosotros; y pidamos por ellos a su divina Majestad el perdón de nuestros pecados. (Padrenuestro, Avemaria y Gloriapatri.)
2°. Dad los méritos de Jesucristo en agradecimiento por la preciosísima muerte que por nosotros soportó en la cruz; y pidamos por ellos a su divina Majestad la remisión de las penas debidas por nuestros pecados. [Padrenuestro, Avemaría y Gloriapatri).
3. Ofrezcamos a la Santísima Trinidad los méritos de Jesucristo en agradecimiento por su inefable caridad, movido de la cual bajó del cielo a la tierra para tomar carne humana, y padecer y morir por nosotros en la cruz; y pidamos por ellos a su divina Majestad que después de diestra muerte lleve nuestras almas a la gloria celestial. (Padrenuestro, Avemaria v Gloriapatri.)

ORACIÓN A DIOS PADRE
Señor y Dios nuestro, os ofrecemos nuestros corazones unidos por el más fuerte y sincero amor fraternal; os pedimos que Jesús Sacramentado sea el alimento cotidiano de nuestros cuerpos y almas: que Jesús constituya el centro de nuestros amores, como lo era de María y de José. En fin Señor, que nunca el pecado turbe nuestra unión en la tierra, la que deberá permanecer eternamente con Vos. María, José y todos los Santos en el cielo. Amén.
(Quinientos días de indulgencia)